El 15 de junio se celebró el Día mundial de toma de conciencia de abuso y maltrato en la vejez, una fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de concienciar del grave problema de salud pública y de violación de los derechos humanos, que supone la violencia a los mayores.El Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento del Consejo General de la Psicología (COP) ha elaborado el siguiente documento a través del cual pretende hacer visible las situaciones de maltrato de las personas mayores y expresar su oposición a los abusos y los sufrimientos infringidos a los mayores:
El buen trato es universal, es el resultado del respeto de los derechos, de la dignidad de la persona, el buen trato no tiene edad e implica reconocer al otro de igual a igual.Algunos de los principios fundamentales del buen trato podrían ser los siguientes:
- Derecho a opinar: La persona mayor se ha ganado en su vida algo tan elemental como el derecho a poder emitir una opinión y a que esta tenga el mismo peso que el de otros miembros de su ámbito social, familiar o comunitario.
- Derecho a aprender: La edad no es una limitación para el aprendizaje.
- Derecho a enamorarse: Nadie tiene el control absoluto sobre sus emociones, sobre su vida.
- Derecho a expresar las emociones y los sentimientos. Sin que se corte su expresión emocional, sin que se devalúen sus sentimientos, sin que se infravalore su sufrimiento.
- Derecho a denunciar: Cualquier situación de maltrato, negligencia o trato inadecuado.
- Derecho a gestionar su patrimonio. El patrimonio acumulado es fruto del trabajo de toda una vida y solamente la persona mayor debe decidir sobre el mismo.
- Derecho a vivir más y mejor: La edad no tiene que ir ligada a sufrimiento, la persona mayor tiene derecho a vivir en unas condiciones dignas, derecho a una asistencia psicológica, sanitaria y social que mejore la calidad de vida.
- Derecho a acceder a las nuevas tecnologías: Ser integrado y formado en las mismas.
- Derecho a disfrutar de su sexualidad: Sin ser enjuiciado o criticado, a vivirla igual que el resto de los seres humanos libre y sanamente, solo o en pareja como la persona mayor decida, incluso cuando viva en un centro residencial.
- Derecho a decidir sobre su muerte: Y a que su voluntad mediante la elaboración de un testamento vital sea respetada en caso de pérdida de las facultades intelectuales.
- Derecho a preservar la identidad personal y la dignidad: Es el derecho a la libertad, a la autonomía, a tener un trato acorde a su historia de vida, a ser respetado en las decisiones.
- Derecho a no ser tratado de manera infantil: Respecto a situaciones como el ser hablado demasiado lento como si no fuera capaz de comprender lo que se le está diciendo, hablar excesivamente con el volumen muy alto por que se da por sentado que se está sordo, utilizar frases y vocabulario infantil.
- Derecho a la libertad de horario en el caso de vivir en una residencia: Es algo básico poder elegir la hora a la que uno se acuesta, a la que uno se levanta, a la que uno se ducha, aspectos elementales en la vida de una persona se vuelven extraordinarios por el mero hecho de ser mayor y vivir institucionalizado.
- Derecho a la intimidad (higiene, soledad, sexo, etc.). No pasar en sus espacios privados sin llamar, ni utilizar las llaves del domicilio familiar aunque se sea familiar directo, no abrir sus cartas recibidas por correo postal o acceder a sus enseres personales.
- Derecho a elegir: Desde cuestiones sencillas hasta cuestiones complejas, en función a la capacidad cognitiva, elegir lo que comer, beber o hacer y no ser forzado a actuar de una manera que impida la capacidad de elección.
- Derecho a promover el empoderamiento. Todas las personas necesitan sentirse útiles y esa utilidad está relacionada con la dignidad, la autoestima y el sentido de la vida.
- Derecho a tener el control:Las personas mayores deben tener control sobre sus pertenencias, cartilla bancaria, correspondencia, teléfono, pensión. Ellos son autosuficientes para decir cómo quieren gestionarlas y qué quieren hacer con ellas. Pueden decidir en qué gastar su dinero y esta decisión debe ser respetada en todo momento aunque no se esté de acuerdo con ella.
- Derecho a no ser sujetado: Mediante elementos de fijación en caso de tener algún tipo de demencia, este tipo de elementos generan fuerte sensación de malestar y multitud de efectos negativos sobre la salud física y psicológica.
- Derecho a no ser polimedicado: A una evaluación competente por parte del profesional sanitario adecuado, a recibir el tratamiento menos invasivo, a que no se acumulen fármacos innecesarios, a no tener efectos secundarios que alteren las capacidades funcionales de la vida diaria como consecuencia del abuso de los fármacos.