Muchas personas mayores viven solas y la presencia de un perro les ayuda a no estar aislados.
El hecho de convivir con un perro les obliga a salir a la calle para pasearlo, a hacer ejercicio y a relacionarse con otras personas. Son más activos físicamente y pasan menos tiempo sentados.
La actividad física les ayuda a mejorar la salud cardiovascular y a mantener una tensión arterial adecuada.
Las personas mayores que salen a la calle a pasear a su perro se relacionan con otras personas, por lo que les reduce las posibilidades de padecer depresión. Sólo el hecho de contemplar al perro mientras duerme y acariciarle ayuda a reducir la presión arterial.
Tienen a alguien a quien ofrecer cariño, amor y compañía y el perro sabrá corresponder de la misma manera.
La calidad de vida de las personas mayores que conviven con perro mejora de manera notable porque: están menos estresados, se reduce la ingesta de medicamentos porque enferman menos, son más felices y se sienten menos solos.
La convivencia con un animal ayuda a los ancianos a sentirse útiles, porque tienen a un ser que depende de ellos, lo que les obliga a estar en forma para atenderle.
Una persona que se jubila “deja de tener unas obligaciones y unas rutinas lo que, en algunos casos, puede convertirse en un problema: las personas no saben qué hacer con su tiempo y caen en la tristeza y la depresión”.
Un perro les proporciona ciertas obligaciones al tener un ser vivo que depende de ellos, ya que hay que alimentarlo, pasearlo, darle los cuidados higiénicos necesarios, etcétera.
“La fidelidad, lealtad y cariño de un perro es algo que puede llenar la vida de su cuidador y la de quienes les rodean”.
Beneficios de tener una mascota
Favorece la actividad
Tener un animal de compañía (sobre todo si se trata de un perro) puede suponer, para muchas personas, una razón para salir a la calle y dar varios paseos cada día.
Aunque el motivo principal de estos paseos sea el beneficio de la mascota, sus dueños también se benefician de estas salidas.
Especialmente importante en personas que siguen una vida sedentaria o con poca fuerza de voluntad para moverse.
Nos ayuda a hacer ejercicio físico
Más allá de salir a dar varios paseos al día, tener una mascota puede ayudar a realizar un ejercicio más intenso, ya sea pasar un rato en movimiento lanzándole cualquier objeto o realizar ejercicio de manera intencionada; muchos dueños de perros encuentran en su mascota el compañero ideal para salir a correr.
Nos ayuda a estructurar nuestro tiempo
El ser humano necesita rutina para funcionar de manera adecuada y sentirse seguro y confiado.
Si tenemos un animal de compañía, seremos nosotros los que le proporcionaremos esta rutina diaria, lo que al mismo tiempo, estaremos estructurando también nuestros días.
Nos ayuda a mejorar nuestro sentido de la responsabilidad
Tener un ser vivo que depende de nosotros nos hace sentir útiles y responsables.
Nos ayuda a expresar nuestras emociones
Un animal de compañía supone una fuente de cariño inagotable, y al mismo tiempo, nos enseña a expresar emociones tales como el amor, entre otras.
Facilitan la socialización
Nuestra mascota puede ser el tema de conversación idóneo que nos permita romper el hielo cuando nos encontramos con gente que no conocemos demasiado, o en esas incómodas situaciones de silencio.
Además, puede ser el vínculo que nos permita conocer nuevos amigos y agrandar nuestro círculo social.
Especialmente importantes en terapia psicológica
Los animales son unos estupendos aliados para personas con depresión, angustia, Alzheimer, soledad, etc. por ello, existen muchas terapias asistidas en las que los animales son el recurso principal para conseguir beneficios y mejoras en las personas.