Un día el amigo cierra su ventana para descansar, piensas que se ha marchado, pero tras los cristales ves que ha dejado en su mesa todo lo que necesitas para no olvidarlo nunca. Gracias Otilia por haberme hecho sentir parte de lo que allí dejaste y gracias Cristina por haberlo recogido todo con tanto cariño.
Me siento honrado de poder decir que Otilia fue también mi amiga. Me quedará siempre su sonrisa y su pausa, su entusiasmo y sensibilidad. Y sobre todo, me siento afortunado de haber recibido a su lado tantas lecciones serenas de humanidad y de actitud. Gracias, Cristina, por este precioso recuerdo.
Ante tanto buen hacer, sobran las palabras. Querida Otilia, siempre estarás en nuestro recuerdo. Gracias Cristina por este gran homenaje.
ResponderEliminarMuy bonito,ella lo merecía todo como buena luanquina que era y la tendremos siempre en nuestro corazón.
ResponderEliminarUn día el amigo cierra su ventana para descansar, piensas que se ha marchado, pero tras los cristales ves que ha dejado en su mesa todo lo que necesitas para no olvidarlo nunca. Gracias Otilia por haberme hecho sentir parte de lo que allí dejaste y gracias Cristina por haberlo recogido todo con tanto cariño.
ResponderEliminarMe siento honrado de poder decir que Otilia fue también mi amiga. Me quedará siempre su sonrisa y su pausa, su entusiasmo y sensibilidad. Y sobre todo, me siento afortunado de haber recibido a su lado tantas lecciones serenas de humanidad y de actitud. Gracias, Cristina, por este precioso recuerdo.
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