Homeshare permite que dos personas compartan hogar por beneficio mutuo. En la mayoría de los casos, reúne a personas mayores en sus casas con personas más jóvenes, muchas veces estudiantes universitarios, para hacerse compañía en una experiencia de aprendizaje mutuo y de solidaridad intergeneracional.
Es un movimiento mundial principalmente en Estados Unidos, España, Francia, Bélgica, Alemania , Reino Unido, Japón y Australia, aunque existen programas en otros países.
La experiencia intergeneracional Homeshare ofrece muchos beneficios. En España tenemos el programa :
"Convive" – Programa de solidaridad intergeneracional. (Solidarios para el desarrollo)
Contexto
En España viven más de 8 millones de personas mayores de 65 años, de las cuales un 20% viven solas. Muchas de ellas manifiestan que se sienten solas, lo que puede tener efectos perjudiciales para su salud. A pesar de esta soledad y aislamiento, la mayoría prefiere permanecer en sus hogares antes que trasladarse a una residencia.
¿Qué hacemos?
El programa Convive permite que un estudiante universitario viva en casa de una persona mayor durante el curso académico.
Las personas mayores del programa se valen por sí mismas para la vida cotidiana, aunque prefieran contar con apoyo y compañía en su casa.
Los jóvenes universitarios comparten las tareas y los gastos en el domicilio de la persona mayor.
¿Cómo participar?
Para coordinar este programa, Solidarios cuenta con un convenio firmado con el Ayuntamiento de Madrid. A través de sus servicios sociales acceden los mayores en el programa, que cuenta también con la colaboración de siete universidades madrileñas donde estudian los integrantes universitarios de Convive; Univ. Complutense, Univ. Autónoma, Univ. Politécnica, Univ. Carlos III, Univ. Rey Juan Carlos, Univ. Pontificia de Comillas y Univ. de Alcalá.
Programa Convive
Las personas mayores quieren ser tratadas como personas y como ciudadanos.
El ‘edadismo"
Es la tercera gran forma de discriminación tras el racismo y el machismo. Se trata del conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas mayores por su edad. Induce a considerar inferior a la persona mayor por el solo hecho de serlo. Se les asocia con la enfermedad y la incapacidad, con una mayor rigidez psicológica y con incapacidad para aprender y adaptarse a los cambios. Estos prejuicios nos impiden conocer a nuestros mayores tal como son.
Pobreza y recortes
Faltan recursos económicos y humanos para asegurar la cobertura social de nuestros mayores.
Un 73% de las personas mayores que viven solas son mujeres.
Ellas son las mujeres que reivindicaron la autonomía de la mujer y su presencia en un espacio público, y proyectaron una vida mejor para sus hijos -en especial para sus hijas- basada en la educación, facilitándoles unos medios de los que ellas carecieron.
Una gran mayoría de las mujeres que ahora son mayores, tuvieron que quedarse en casa cuidando a los hijos o trabajaron de manera intermitente. Esto provoca que tengan unas pensiones más bajas y una posición económica más débil y dependiente.
Los estudiantes
Los universitarios también se enfrentan a prejuicios y estereotipos. Algunos medios de comunicación han contribuido a extender creencias de que “no tienen valores”, “pasan de todo”, “no tienen compromiso”, “no ayudan”. La experiencia demuestra que, en un entorno de confianza y de respeto, son capaces de comprometerse y de implicarse para mejorar su propia vida y la de los demás.
Cuatro de cada diez de los estudiantes acogidos en casa de una persona mayor son extranjeros, lo que enriquece con un componente intercultural a las convivencias entre personas de distintas edades.
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