Érase una vez un viajero que llegó desde un lugar lejano a
un pueblo en el que no había libros. Se sentó a descansar en la plaza mayor y
sacó de su morral un viejo volumen de cuentos.Cuando empezó a leer en voz alta,
los niños que nunca habían visto nada semejante, se sentaron a su alrededor a
escucharlo .
El viajero se marchó por donde había venido; tiempo después,
los habitantes del pueblo descubrieron el pequeño brote que elevaba sus
temblorosas hojitas hacía el sol, en el lugar en el que habían caído las
palabras perdidas
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